Ramona González: Biography

La escritora literaria chicana, Ramona González (1906-1995), representa un importante contribuyente temprano a la tradición literaria chicana de los años setenta. Nacida en El Paso, Texas y criada en el Barrio Chihuahuita de la ciudad, Doña Ramona, como se la llamaba con frecuencia, tenía aspiraciones tempranas de convertirse en periodista y escritora. Este sueño sería diferido. Las mujeres mexicoamericanas a principios de la década de 1920 rara vez asistían a la universidad debido a las tradiciones de género y la falta de medios económicos. Poco después de graduarse de El Paso High School (1923), comenzó una vida doméstica en el centro de El Paso en 1930. Después de criar una familia y ver a sus cuatro hijos graduarse de la universidad, volvería a este sueño de convertirse en escritora aproximadamente en el 1950s-1970s. Cinco de sus cuentos en español aparecen en la primera de una serie de libros de cuatro partes de la revista literaria chicana, El Grito. El libro 1, titulado Chicanas en la literatura y el arte (1973) se centra en escritores chicanas. Con estos pocos escritos, fue nominada en 1974 para el Premio Quinto Sol, un premio literario nacional fundado en 1970 para la escritura de ficción mexicoamericana más destacada[1]. Ella no ganaría el premio, pero continuó escribiendo.

El sueño de Doña Ramona de convertirse en escritora no se haría realidad en su juventud. Aunque nunca asistió a la universidad, las experiencias colectivas que reunió a lo largo de su larga vida contribuyeron al rico tapiz de escritos que capturan la esencia de la gente de las comunidades de El Paso en las que vivió. Sus múltiples experiencias de vida incluyeron criar una familia de cuatro, trabajar como cocinera comunitaria y eventualmente abrir y administrar una tiendita, “González Grocery”, durante y después de la Gran Depresión. En su papel de cocinera y propietaria de una tienda de comestibles, su fama se extendió por el barrio en y alrededor de 619 Missouri Street en el centro de El Paso. "Daría cualquier cosa por los tamales de Ramoncita" y "¿Has probado su sopa?" se escuchaban estos cumplidos a través de los hogares del barrio.

En su papel de matriarca comunitaria, la generosa reputación de Doña Ramona en la comunidad también crecía debido a que ayudaba a numerosas personas en El Paso y Ciudad Juárez, México, con ropa y comida. En “González Grocery” era anfitriona de charlas informales nocturnas sobre política, como la invasión de la Segunda Guerra Mundial y la cultura del barrio. Ella enseñaba a los niños del barrio el inglés y escritura y daba la bienvenida a muchas más conversaciones informales o “chismes” con las mujeres del barrio. Estas experiencias de vida condujeron a un conocimiento íntimo de las personas de los diversos barrios del centro de El Paso que iban y venían diariamente dentro y fuera de “González Grocery”. (“González Grocery” fue demolida en 1966 para dar lugar a la parte de El Paso por la que iba a pasar la autopista interestatal 10 de “Texas Highway”). Ligado con el don de contar cuentos, esta familiaridad se comunicó más tarde en sus escritos.

La mayoría de los escritos de Doña Ramona se escribieron en español con varios escritos también que ella misma tradujo al inglés. Un lector puede preguntar: ¿Dónde recibió Doña Ramona su educación y se capacidad de leer y escribir en español? Naturalmente, primero aprendió español viviendo y creciendo en los barrios de El Paso, y más tarde también recibió educación formal como estudiante de secundaria y como miembro de la Iglesia Mormona en El Paso, Texas, que le proporcionó antecedentes fuertes en español. Asistió al histórico Tercer Barrio, que se estableció en 1952, el primer “barrio” (congregación presidida por un obispo) de habla hispana de la Iglesia Mormona en el mundo. (Hoy en día hay miles de congregaciones de habla hispana en todo el mundo). Ella perfeccionaba su capacidad lingüística dando clases en la escuela dominical todos los domingos durante muchos años en español.[2]

En la década de los 1960, El Movimiento Chicano ganó impulso en El Paso, Texas, con énfasis en la comida, música, danza y literatura mexicoamericana. Recordando los momentos cotidianos y la gente del Barrio Chihuahuita donde creció, Doña Ramona comenzó a escribir. Ella sacaba a luz recuerdos de su infancia, como cuando vivía a los márgenes del Río Grande y su tiempo como propietaria de una tienda que había permanecido inactiva durante más de 50 años. Historias ricas y culturalmente relevantes pasaban de su memoria, a sus dedos, a la máquina de escribir y a la página escrita.

Habiendo vivido en la frontera de los Estados Unidos y México durante 89 años, Doña Ramona vivía en un mundo bilingüe y bicultural, y sus escritos son un espejo de esta experiencia. El conocimiento de Doña Ramona surgía en escritos en español como "El camotero", "Por vida de estas santas cruces yo viví en estos barrios", "Mi tiendita" y "Adiós, Chihuahuita". Muchos escritos de esta colección están dirigidos a un público más joven: los niños. Tiene una colección repleta de colorido de poemas infantiles, como "A el niño", "A la niña", "Días de la semana" y "La florera". Estos escritos, con un total de 40 poemas, retratan con palabras un amor por los niños en el barrio y una comprensión íntima de las prácticas de alfabetización en su comunidad. Además, recopiló más de 200 páginas de dichos o refranes de su familia y los miembros de la comunidad.

Ella escribe en la introducción de “Picos y Tolondrones para todos los Preguntones”:

“Entre ésta (sic) colección de dichos, se encuentran unos groseros y vulgares, sin embargo, tal colección se puede calificar cómo un arte y cómo principios para mejorar las costumbres, usando naturalmente, aquellos que comunican una verdad profunda o una regla establecida aceptada.

En la cultura y literatura que se quiere descubrir y desarrollar, es de interés e importancia para los chicanos, ésta (sic) colección de dichos, pues, nos ligará conscientemente con el propósito de no olvidarnos de nuestra individualidad y que somos de aquella sangre de hombres de bronce, de blancos barbados y de los de…” sangre indígena.”

Se puede decir que recibió en carne propia las palabras e ideas de la comunidad mexicoamericana de El Paso desde la década de 1930 hasta la de 1970.

El perfil de Doña Ramona como líder comunitario, empresaria y escritora independiente aparece en la edición del Bicentenario estadounidense de Worthy Mothers of Texas (1776-1976) como una de las dos únicas entradas de apellidos hispanos, una indicación de la posición vanguardista de Doña Ramona en la Literatura feminista chicana de la frontera[3]. En 2014, su hija mayor, la Dra. Norma G Hernández, recuperó y llamó la atención de nuestra familia a una caja de cartón que contenía archivos y carpetas de los escritos de Doña Ramona. Tras una investigación más detallada de su contenido, descubrimos un archivo de más de 750 páginas de escritos mecanografiados con muchas piezas que contienen rica marginalia editorial. Oculta del conocimiento de nuestra familia durante más de tres décadas, esta colección contiene poemas, cuentos, fábulas, adivinanzas, dichos y piezas creativas de no ficción.

La mayoría de estos escritos han sido traducidos al inglés por su yerno, el Dr. Neil J. Devereaux, y están disponibles aquí en esta exposición digital. Estos escritos han sido donados a la Colección Latinoamericana Benson de la Universidad de Texas en Austin. La nieta de Doña Ramona, la Dra. Cristina D. Ramírez, y su hija mayor, la Dra. Norma G Hernández, poseen conjuntamente los derechos de autor de estos escritos.

[1]Estella Portillo fue la primera y única mujer en ganar el premio literario. Ella era de El Paso, Texas. Otros escritores que ganaron el premio fueron Tomás Rivera, Rudolfo Anaya y Rolando Hinojosa.

[2]Doña Ramona fue bautizada en la Iglesia Mormona el 29 de diciembre de 1922 y quedó inactiva después de su matrimonio con Manuel González en 1930. Más tarde regresaría a la iglesia en la década de los 1950 y permaneció activa hasta fines de la década de 1970.

[3]Elida García de Falcón es la otra entrada de una hispana en la colección. El título de su entrada es "Una luz en la oscuridad 1879-1968" (54).


Born in El Paso, Texas and raised in the city’s Barrio Chihuahuita, Doña Ramona, as she was often called, had early aspirations to become a journalist and writer. This dream would be deferred. Mexican American women in the early 1920s rarely attended college because of heavy-handed gendered traditions and lack of economic means. Shortly after graduating from El Paso High School (1924), she started a domestic life in Central El Paso in 1930. After raising a family and seeing her four children graduate from college, she would return to this dream of becoming a writer approximately in the  1950s-1970s. Five of her Spanish-language short stories appear in the first of a four-part book series of the Chicano literary journal, El Grito. Book 1, titled Chicanas en la literatura y el arte (1973) focuses on Chicana writers. With these few writings, she was nominated in 1974 for the Premio Quinto Sol, a national literary award founded in 1970 for the most outstanding Mexican American fiction writing.[i] She would not win the prize, but continued to write.

Doña Ramona’s dream of becoming a writer would not come to fruition in her young age. Although she never attended college, the collective experiences that she gathered throughout her long life contributed to the rich tapestry of writings that capture the essence of la gente of the El Paso communities in which she lived. Her multiple life experiences included raising a family of four, working as community cook and eventually opening and running a tiendita, González Grocery, during and after the Great Depression. In her role as cook and grocery store owner, her fame spread through the barrio in and around 619 Missouri Street in Central El Paso.  “I’d give anything for Ramoncita’s tamales,” and “Have you tasted her soup?” were compliments heard through the households of the barrio.

In her role as community matriarch, Doña Ramona’s generous reputation in the community also grew due to helping numerous people in both El Paso and Juarez, Mexico with clothes and food. In González Grocery she hosted informal evening talks about politics, such as the encroaching World War II, and barrio culture. She tutored the children of the barrio in the English language and writing and welcomed many more informal talks or chismes with the women of the barrio. These life experiences led to an intimate knowledge of the people of the various barrios of Central El Paso that streamed daily in and out of González Grocery. (González Grocery was demolished in 1966 for the El Paso portion of Texas Highway Interstate 10). Combined with the gift of telling stories, this familiarity was later to be communicated in her writings.

Most of Doña Ramona’s writings were completed in Spanish with several writings also self- translated into English. A reader may ask: Where did Doña Ramona receive her education and literacy in Spanish? Naturally, she first learned Spanish living in and growing up the barrios of El Paso, and she later also had received some formal education as a high school student and as a member of the Spanish Club. However, it was through Doña Ramona’s membership and active participation in the Mormon Church in El Paso, Texas that provided her with a strong Spanish literacy background. She attended the historic Third Ward, the first Spanish speaking congregation of the Mormon Church in the world, which was established in 1952. (Today there are thousands of Spanish speaking congregations across the globe). She perfected her language skills by giving Sunday School classes every Sunday for many years in Spanish.[ii]

In the 1960s El Movimiento Chicano gained momentum in El Paso, Texas with an emphasis on Mexican American food, music, dance, and literature. Recalling the day to day moments and people of Barrio Chihuahuita where she grew up, Doña Ramona started to write. She unearthed memories from her childhood such as when she lived right along the Rio Grande and her time as a store owner that had lain dormant for over 50 years. Rich and culturally relevant stories streamed from her memory, to her fingers, to the typewriter, and onto the page.

Having lived on the frontera of the U.S. / Mexico border for 89 years, Doña Ramona lived in a bilingual and bicultural world, and her writings are a mirror of this experience. Doña Ramona’s knowledge emerged in Spanish language writings such as “El camotero,” “Por vida de estas santas cruces yo viví en estos barrios,” “Mi tendita,” and “Adios, Chihuahuita.” Many writings of this collection are geared toward a younger audience: children. She has a colorful collection of children’s poems, such as “A el niño,” “A la niña,” “Días de la semana,” and “La florera.” These writings, a total of 40 poems, portray a love for children in the barrio and an intimate understanding of literacy practices in her community. She collected over 200 pages of dichos or sayings from her family and the community members.

She writes in the introduction of “Picos y Tolondrones para todos los Preguntones”:

Entre ésta colección de dichos, se encuentran unos groseros y vulgares, sin embargo, tal colección se puede calificar cómo un arte y cómo principios para mejorar las costumbres, usando naturalmente, aquellos que comunican una verdad profunda o una regla establecida aceptada.

En la cultura y literatura que se quiere descubrir y desarrollar, es de interés e importancia para los chicanos, ésta colección de dichos, pues, nos ligará conscientemente con el propósito de no olvidarnos de nuestra individualidad y que somos de aquella sangre de hombres bronce, de blancos barbados y de los de “PATA RAJADA”.

Translation:

“Among this collection of sayings, there are some coarse and vulgar; however, such a collection can be described as an art form and as moral principles for improving customs, by using naturally those which communicate a deep truth or an established rule.

In the culture and literature to be discovered and developed, it is of interest and importance to Chicanos. Therefore, this collection of sayings will consciously link us with the purpose of not forgetting our individuality and that we are from those men of bronze, from bearded whites and from those who are (full blooded Native Americans).”

It can be argued that Doña Ramona González captured the words and ideas of the El Paso Mexican American community from the 1930s-1970s. However, her writings are just now being rescued and recovered.  

Doña Ramona’s profile as a community leader, businesswoman, and independent-minded writer appears in the American Bicentennial issue of Worthy Mothers of Texas (1776-1976) as one of only two Hispanic surname entries, a sign of Doña Ramona’s avant-garde position in feminist Chicana Border literature.[iii] In 2014 her oldest daughter, Dr. Norma G Hernández, recovered and brought to our family’s attention a cardboard box that contained files and folders of Doña Ramona’s writings. Upon closer investigation of its contents, we discovered an archive of more than 750 pages of typewritten writings with many pieces containing rich editorial marginalia. Hidden from our family’s knowledge for over three decades, this collection contains poems, short stories, fables, riddles, dichos, and creative nonfiction pieces. 

A majority of these writings have been translated into English by her son-in-law, Dr. Neil J. Devereaux and are available here in this digital exhibit. These writings have since been donated to the Latin American Benson Collection at the University of Texas at Austin. Doña Ramona’s granddaughter, Dr. Cristina D. Ramírez, and her eldest daughter, Dr. Norma G Hernández, jointly hold the copyrights to these writings.

[i] Estella Portillo was the first and only female to win the literary prize. She was from El Paso, Texas. Other writers who won the award were Tomás Rivera, Rudolfo Anaya, and Rolando Hinojosa.

[ii] Doña Ramona was baptized in the Mormon Church in December 29, 1922 and became inactive after her marriage to Manuel González in 1930. She would later return to the church in the 1950s and remained active until the late 1970s.

[iii] Elida Garcia de Falcon is the other Hispanic entry in the collection. The title of her entry is “A Light in the Darkness 1879-1968” (54).

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