¿Quien fue Leonor Villegas de Magnόn?
Leonor Villegas de Magnón (1876-1955) fue una figura fundamental de la Revolución Mexicana (1910-1920). Su participación en la actividad pro-revolucionaria durante este importante período de la historia mexicana está bien registrada en su autobiografía, La Rebelde y en su colección de fotografías, cartas y otros documentos. Si bien, su influencia es innegablemente relevante para la historia de México, su vida y su trabajo también son clave para comprender las relaciones fronterizas entre Estados Unidos y México de la época. Nacida en 1876, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, nos cuanta Villegas de Magnón en su autobiografía que fue apodada La Rebelde al nacer, cuando unos soldados federalistas ingresaron a la casa de sus padres en busca de "rebeldes". "Aquí escondo al único rebelde que hay en esta casa", les dijo su padre, Joaquin Villegas, mientras abría la puerta de la habitación donde acababa de nacer Leonor. Villegas de Magnón honró su apodo durante toda su vida.
En 1910, Villegas de Magnón viajo a Laredo, Texas, con sus hijos para visitar a su padre moribundo. Debido al tumulto revolucionario en México, no pudo regresar a su hogar en Nuevo Laredo. Se instaló en Laredo y abrió una escuela bilingüe para niños. Allí se involucró en el activismo revolucionario, integrándose a la Junta Revolucionaria, y se opuso firmemente a la explotación del pueblo mexicano bajo Porfirio Díaz y más tarde, Victoriano Huerta. Villegas de Magnón escribió artículos políticos que apoyaban la causa revolucionaria y los ideales democráticos cuales eran su sostén. También escribió artículos informativos sobre el progreso de la Revolución para La Crónica, El Progreso y El Radical, prensas alternativas de la región fronteriza.
En 1913, Leonor Villegas de Magnón fundó La Cruz Blanca Constitucionalista para auxiliar a los soldados heridos durante los años más sangrientos de la Revolución Mexicana. Fue este papel como enfermera y líder de La Cruz Blanca lo que la ancló a la causa y a través de la cual se convirtió en una figura indispensable de la Revolución Mexicana. Su correspondencia, fotos y autobiografías proporcionan un testimonio irrefutable de su vínculo con los soldados y el pueblo de México y de su fuerte sentido de deber. Sus hazañas y experiencias como enfermera y correligionaria de confianza de los líderes revolucionarios son ejemplos del poder y la influencia de las mujeres a lo largo de la historia.